domingo, 18 de mayo de 2008

NUESTRA CHOZA



APROPIACIÓN DE ESPACIOS
Exposición del programa de Artes Plásticas en el Museo de Arte Moderno de Pereira

Por James Delgado

En medio de frágiles uniones cual si de una choza se tratara transito por esta exposición. Parece tener suficiente solidez pero en realidad se trata de levedad. Cada obra se relaciona con la otra de un modo débil, apenas quizás el roce de un dedo. Me imagino a un maestro pensando largamente en su escritorio mientras nada pasa a su alrededor, concentrado en la luz anterior a toda manifestación luchando innecesariamente con su sombra.

Me he incorporado y he llegado a un sitio conocido, ya revisado, ya descifrado, ya leído, ya terminado, ya superado pero existente. Recuerdo los bohíos de los Muiscas en Sogamoso. Me siento en las bancas donde seres antiguos compartieron. Tomo fotos, soy un turista. A través del delicado tejido formado por chamizo se cuela la luz y el agua. Hay que tapar los huecos con cartón y plástico.

Esta es una casa pobre pero limpia, bien arreglada. Nada de esto durará, es evidente, pero vendrán en el futuro a imaginar nuestros comportamientos, gente antigua, atrasada, quizás superior y romántica. Pensemos ahora en nuestros indios, los Quimbayas, ¿qué sabemos de ellos? ¿Somos ellos? Probablemente. Se siente el espíritu prehispánico tras la conquista. Tenemos apariencia de españoles e inconsciencia indígena.

Nunca me imagino a dónde voy a llegar cuando escribo estas reseñas. Que oscuro lugar en el que me he metido, más bien cercano. Me explico muchas cosas. Somos un rancho aunque pretendamos ser casa. Esto hay que derrumbarlo, sobre esto no puede construirse nada, hay que romper, separarse, distanciarse, irse. Nadie negará el principio pero sí se alejara. Es bonito desde un punto de vista etnográfico, arqueológico, antropológico y sociológico.

De Sogamoso volví, deberíamos volver también de los Quimbayas. No obstante es imposible, lo que sí es factible sería construir en otra parte, remotamente. ¿Dónde? Se puede, se puede pero sin compasión con el pasado. No me gusta generar este tipo de sentimientos.

Estamos en nuestra granja pues, agradable visita a los abuelos. Manizales ya hizo historia y está por verse si la vuelve a hacer. Empezó a llover y todo se moja aquí adentro, nos esperan nuestros confortables recintos. Las artes plásticas en Manizales tienen el valor de no tener contraste y por tanto conciencia, son lo que son. Seguramente si algo nuevo emerge por fin, aquí nadie lo notará.

Perdón por el enredo entre visión y visión, quizás se trate del plástico que llevo encima para protegerme de las goteras.

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